La Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería (Direcon) informó que el pasado domingo entró en vigencia el Acuerdo de Servicios entre Chile y China, el cual es parte de la segunda etapa de la apertura comercial negociada entre ambos países en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC).
Según comunicó el organismo estatal, el convenio comprende una serie de obligaciones y listas de compromisos que buscan garantizar la fluidez del comercio transfronterizo de servicios entre los dos países.
Además, establece procedimientos claros para el movimiento temporal de personas de negocios, con el objetivo de facilitar el desplazamiento de empresarios provenientes tanto de Chile como de China.
«El Acuerdo plasma, entre otras materias, el compromiso de no discriminar al extranjero en relación al nacional en el suministro de un servicio, además de no imponer al proveedor de servicios del otro país restricciones de carácter cuantitativo, como por ejemplo, limitar el número de consultorías realizables en un período de tiempo», destacó el organismo.
En ese sentido, el director general de Direcon Jorge Bunster, destacó que «Chile es el segundo país con el cual China firma un Acuerdo en materia de Servicios (el primero fue Nueva Zelanda), lo que otorga a nuestro país una clara ventaja competitiva en ese mercado. Además China se ha transformado en el quinto importador más importante de servicios en el mundo».
«Cabe destacar que en la negociación fuimos más allá de nuestros compromisos en materia de servicios de los asumidos en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), incluyendo sectores que no están considerados y presentando mejoras en relación a las ofertas vigentes en dicha organización, lo que demuestra la voluntad de ambas partes de seguir profundizando la relación económica bilateral» señaló Bunster.
Bunster agregó que «este Acuerdo abre nuevas perspectivas para desarrollar el sector de servicios chileno, permitiendo posicionar al país como plataforma comercial integral del comercio de bienes y suministro de servicios a través de una relación privilegiada con China».
El 1 de octubre de 2006 Chile se convirtió en el primer país en el mundo con el cual China suscribía un TLC, el que sólo cubrió el comercio de mercancías y sus disciplinas. Sin embargo, en esa oportunidad ambos países asumieron un compromiso de negociar por etapas otros capítulos, para así incorporar el comercio de servicios y las inversiones en el contexto del Acuerdo. En esta línea, Chile y China negociaron este Acuerdo de Comercio de Servicios y se encuentran hoy negociando uno similar sobre Inversiones.
