Los acuerdos comerciales y el acceso a nuevos mercados son pilares fundamentales de la industria frutícola, ya que permiten diversificar la canasta exportadora de los países productores.
En 2024, uno de los logros más significativos fue la implementación del Systems Approach para la uva de mesa chilena. Este protocolo, que reemplaza la fumigación con bromuro de metilo por medidas de mitigación en origen, favorece la fruta producida en las regiones de Atacama, Coquimbo y parte de Valparaíso. Este cambio mejora la calidad y condición de la uva, elevando su competitividad en el mercado estadounidense, el principal destino de la fruta chilena, que representa casi la mitad de las exportaciones de uva de mesa. El ministro de Agricultura de Chile, Esteban Valenzuela, destacó su importancia, ya que, tras las cerezas, la uva de mesa es la segunda mayor exportación frutícola del país, con más de mil millones de dólares en ventas.
A nivel comercial, Chile también experimentó un aumento del 42% en las exportaciones hacia Brasil, lo que subraya el crecimiento de las exportaciones de fruta a Latinoamérica. Perú siguió una estrategia similar, ampliando sus envíos de cítricos a Brasil y reactivando las exportaciones de uva de mesa a Ecuador, tras casi una década de suspensión.
Ecuador y Brasil también se beneficiaron de importantes acuerdos. Ecuador celebró la reactivación de las exportaciones de piña hacia Perú, mientras que los productores brasileños pudieron aumentar las exportaciones de manzanas hacia Perú. Por su parte, Colombia logró iniciar las exportaciones de palta hacia Chile, y Argentina reactivó el envío de limones y cítricos dulces hacia Ecuador.
Además, Sudamérica vivió un avance significativo en nuevos accesos a mercados. Entre los productos que pudieron ingresar a nuevos destinos en 2024, destacan la uva a Ecuador, diversos tipos de limones y flores frescas de Hydrangea a Brasil, así como la exportación de arándanos y palta a Colombia. En Asia, los productos peruanos lograron acceso a China, Malasia y Vietnam, con uva, pecanas, nueces y frutas congeladas, además de mandarinas exportadas a China.
En el mercado de Oceanía, se concretaron exportaciones de diversos cítricos hacia Nueva Zelanda, lo que representa un avance importante para la industria de exportación de fruta.
En Estados Unidos, con el objetivo de fortalecer su posicionamiento, Frutas de Chile lanzó su marca, consolidando la participación de los diferentes comités que integran la institución. Además, Chile está explorando la posibilidad de exportar papaya andina, ampliando su oferta de frutas en este mercado. Por otro lado, Colombia también se prepara para iniciar la exportación de pasifloras a Estados Unidos, mientras que Argentina avanzó con la exportación de arándanos con tratamiento cuarentenario, marcando un paso significativo en la mejora de sus condiciones laborales.
Asia sigue siendo un destino clave para los países proveedores de frutas. Brasil, por ejemplo, logró exportar uva de mesa a China tras una visita oficial del presidente Xi Jinping, y también obtuvo acceso para su palta en Japón. Chile firmó un acuerdo para exportar ciruelas directamente a supermercados chinos, mientras que los cítricos chilenos realizaron una campaña en Japón para fortalecer su presencia en este mercado.
Perú también destacó por su esfuerzo en ampliar los mercados para su mango, especialmente en Japón y el Medio Oriente, y por lograr mejores condiciones para la exportación de palta a Australia y la expansión en Rusia. Ecuador, por su parte, sobresalió con las exportaciones de pitahaya y arándanos hacia China.
A medida que se acerca 2025, los desafíos persisten para los países productores de fruta, como la conquista de nuevos mercados, la mejora de las condiciones fitosanitarias y la consolidación de su preferencia entre los consumidores globales. Ecuador, por ejemplo, espera lograr el acceso de la guanábana a Estados Unidos, mientras que Perú busca continuar expandiendo sus exportaciones a China, consolidando su papel en el comercio internacional de frutas.
